Green book

Green book nos relata una historia basada en hechos reales donde el #ProtagonistaCulinario es el pollo frito KFC devorado con fascinación en el estado Kentucky por un amante de esta comida rápida y por primera vez por un afrodescendiente que nunca lo había probado ni comido con las manos.
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En la Nueva York de los 1960 se encontraron el italoamericano Tony Lip, quien había perdido su empleo como portero-guardaespaldas de clubes nocturnos, y Dr. Don Chirley, el virtuoso del piano que vivía en la mezzanina del teatro Carnegie Hall.
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Tony, interpretado por Viggo Mortensen, accedió a ser el chófer de Don (Mahershala Al) con la peligrosa misión de llevarlo de tour por el sur de los Estados Unidos, sorteando los ataques racistas gracias a la guía de ruta y hospedaje Green Book.
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El fortachón y fanfarrón de Tony cambia por dos meses, disfrutar de una rica pasta al filetto, pasta con albóndigas al llegar a casa o acabar con 26 hotdogs en una competición para poder pagar la renta, por comida de carretera como sandwiches en la vía, pollo frito y pizzas engullidas luego de doblarlas enteras por la mitad, mientras escribe cartas de amor.
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Por su parte el pianista se enfrenta a las faltas de etiquetas de su acompañante y a la discriminación en muchos ámbitos, ahogando la frustración en el alcohol.
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Ambos personajes evolucionan, deciden aceptarse y entenderse, respetarse, y le dan sentido a una historia profunda desde la comedia cotidiana, donde Chirley recuerda que "No se gana con violencia porque hay que tener dignidad, y la dignidad debe prevalecer siempre".
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La cinta es sublime, cuenta con gran fotografía y un guion redondo que halla el equilibrio entre el drama y el humor, bien representado en la cinematografía. Es apta para mayores de 12 por la temática, algún desnudo parcial y violencia.
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(Mi favorita al Oscar en esta temporada)