Un Lugar en Silencio
Publicado por primera vez en Bienmesabe de ElEstímulo.com el 15 de abril de 2018 bajo el título
¡Si el mundo se va a acabar al menos que pueda comer pan!
Escrito por Radhanaris García @radhacook bajo el pseudónimo Radha Da Silva. Fotos de la película cortesía de Paramount Pictures Venezuela
"En la película Un lugar en silencio, el protagonista culinario de la historia es el pan de maíz de costra que cena una familia junto a pescado asado, acelgas, tomate y pepino
Reunidos alrededor de la mesa de madera en un sótano, oran en silencio y comen con las manos, sin usar cubiertos metálicos porque su uso implica hacer ruidos y si los escuchan serán asesinados por alienígenas que invadieron la Tierra para devorarlo todo.
La siembra y reserva de cereales, en cualquier circunstancia apocalíptica, garantiza a los supervivientes su alimento, el pan diario que les permitirá seguir, en este caso es el maíz. La comunidad afectada cuenta con un gran silo lleno de varias toneladas de granos y siembras nuevas de maíz que les prolongará un poco más sus vidas. Pero, ¿qué sucede si tampoco pueden hacer ruido para sembrar y reunir el sustento, ni para cocinarlo? ¿Es posible vivir sin generar sonidos?
Las escenas ubican a la familia Abbot en un ambiente de montaña, que identificas en Norteamérica por el acento que manifiestan los actores al escuchar su voz. De ahí, que el pan de maíz esté presente en su mesa, ya que este es un acompañante típico en las mayorías de las regiones de los Estados Unidos.
Principalmente encontramos el pan de maíz en las celebraciones típicas de Navidad o de Acción de Gracias, preparado dentro de una sartén de hierro en el horno y que tiene una forma plana como una torta. Las regiones montañosas tienden a preparar panes de costra, lo que también se llama panes de campo, porque pueden beneficiarse del clima fresco usando procesos de fermentación largo. En este ambiente apocalíptico, es difícil encontrar levadura instantánea, solo queda formar una hogaza de pan de costra crujiente, pero que luego se torne suave para ser cortado con las manos tal cual nos presentan el pan de maíz en la cena.
En este filme de suspenso y terror de Paramount, aplaudido por la crítica internacional, transcurre el 90% de diálogo sin voces, las criaturas extraterrestres son ciegas con un desarrollado sentido del oído, carencia de olfato y una piel impenetrable, por lo cual los animales y los humanos sobre el planeta están a punto de extinguirse.
Todo lo que escuchan lo matan, no para comerlos sino con el fin de aniquilarlos. Al comienzo de la cinta te muestran con detalle cómo una familia, que tiene una hija preadolescente con discapacidad auditiva, establece el lenguaje de señas para comunicarse entre padres y los tres hijos, encienden fuego por las noches en lo alto del silo para comprobar la existencia de otros humanos en las cercanías y hacen su vida sin emitir sonidos.
Los riesgos de andar con una persona que no escucha incrementa las posibilidades de morir y por eso colocaron caminos de arena para amortiguar los pasos y crearon un sistema de iluminación con colores que les advierte del peligro cerca de casa. Ellos ajustaron su rutina al silencio absoluto, de manera que pueden sobrevivir ante la presencia de las bestias.
En los primeros 89 días desde la invasión aprendieron a pescar con nasas de mimbre echadas en el río, a camuflar ruidos con otros sonidos naturales como los del caudal del agua, a aislar los espacios y a cocinar todo en un horno subterráneo. Y aquí comienzan las inconsistencias en la narrativa porque supone el uso de leña y cuestionas si hicieron ruido para obtenerla, también porque manipular cereales y molerlos para hacer pan produce sonidos. ¿Cómo lograron sobrevivir haciéndolo? Entonces aquel pánico que te mantenía atascado en la butaca del cine disminuye y comienzas a enfocarte en cómo se van a deshacer de las bestias porque no tienen más alternativa.
Tras la pérdida de un miembro de la familia y las fallas constantes en el aparato auditivo externo de la hija mayor extreman medidas de reducción de ruidos. Luego se suma el riesgo del futuro parto de la madre que se encuentra embarazada. ¿Será posible dar a luz en silencio? ¿Alimentar a un bebé y apaciguar su constante llanto? No cabe duda que difícilmente lo lograrán pero con cuáles costos. Solo la inteligencia y el estudio de las propias debilidades les darán una ventaja.
Garantizar la ingesta proteica en un lugar donde las criaturas asesinas están acabando con todos los seres vivientes, toda la fauna, es un poco complicado por eso aprovechan la pesca del día, aunque tengan que arriesgarse a caminar por el denso bosque hasta llegar al río. El pescado lo consumen cocido al horno sobre hojas de maíz, un ejemplar para compartir con toda la familia, porque hasta eso deben racionar.
El largometraje es para personas mayores de 12 años, contiene violencia, sangre, muertes y seres extraños. El lenguaje de señas predominante y el hablado carece de groserías. Las actuaciones de todo el elenco son precisas y transmiten la cohesión que debe mantener un grupo filial en situaciones apocalípticas. La actriz Emily Blunt y su esposo Jhon Krasinski (quien también dirige y co-escribe) son los protagonistas junto a los niños Noah Jupe, Cade Woodward y la niña sordomuda Millicennt Simmonds, quienes se destacan en sus roles.
Un lugar en silencio (A Quiet Place – título original) muestra el género de terror desde la ausencia de gritos dentro de la pantalla. Una propuesta interesante que a pesar de los puntuales desatinos que tiene al obviar que el espectador se percatará de ruidos silenciados intencionalmente, logra establecer la empatía con el padre protector de la familia, centrar la atención en la supervivencia y destacar la importancia de compartir la mesa con los seres queridos, así sea con un trozo de pan.
Ficha técnica
Fecha de estreno. 6 de abril de 2018
Estudio. Paramount Pictures
Título original. A quiet place
Género. Terror
Idioma. Inglés
País. Estados Unidos
Director y guionista. John Krasinski
Reparto. John Krasinski, Emily Blunt, Noah Jupe, Millicent Simmonds
Sinopsis: Cuatro miembros de una familia deben vivir sus vidas en silencio debido a las misteriosas criaturas que cazan por el sonido y que amenazan su supervivencia. Si te escuchan, te cazan."
Reunidos alrededor de la mesa de madera en un sótano, oran en silencio y comen con las manos, sin usar cubiertos metálicos porque su uso implica hacer ruidos y si los escuchan serán asesinados por alienígenas que invadieron la Tierra para devorarlo todo.
La siembra y reserva de cereales, en cualquier circunstancia apocalíptica, garantiza a los supervivientes su alimento, el pan diario que les permitirá seguir, en este caso es el maíz. La comunidad afectada cuenta con un gran silo lleno de varias toneladas de granos y siembras nuevas de maíz que les prolongará un poco más sus vidas. Pero, ¿qué sucede si tampoco pueden hacer ruido para sembrar y reunir el sustento, ni para cocinarlo? ¿Es posible vivir sin generar sonidos?
Las escenas ubican a la familia Abbot en un ambiente de montaña, que identificas en Norteamérica por el acento que manifiestan los actores al escuchar su voz. De ahí, que el pan de maíz esté presente en su mesa, ya que este es un acompañante típico en las mayorías de las regiones de los Estados Unidos.
Principalmente encontramos el pan de maíz en las celebraciones típicas de Navidad o de Acción de Gracias, preparado dentro de una sartén de hierro en el horno y que tiene una forma plana como una torta. Las regiones montañosas tienden a preparar panes de costra, lo que también se llama panes de campo, porque pueden beneficiarse del clima fresco usando procesos de fermentación largo. En este ambiente apocalíptico, es difícil encontrar levadura instantánea, solo queda formar una hogaza de pan de costra crujiente, pero que luego se torne suave para ser cortado con las manos tal cual nos presentan el pan de maíz en la cena.
En este filme de suspenso y terror de Paramount, aplaudido por la crítica internacional, transcurre el 90% de diálogo sin voces, las criaturas extraterrestres son ciegas con un desarrollado sentido del oído, carencia de olfato y una piel impenetrable, por lo cual los animales y los humanos sobre el planeta están a punto de extinguirse.
Todo lo que escuchan lo matan, no para comerlos sino con el fin de aniquilarlos. Al comienzo de la cinta te muestran con detalle cómo una familia, que tiene una hija preadolescente con discapacidad auditiva, establece el lenguaje de señas para comunicarse entre padres y los tres hijos, encienden fuego por las noches en lo alto del silo para comprobar la existencia de otros humanos en las cercanías y hacen su vida sin emitir sonidos.
Los riesgos de andar con una persona que no escucha incrementa las posibilidades de morir y por eso colocaron caminos de arena para amortiguar los pasos y crearon un sistema de iluminación con colores que les advierte del peligro cerca de casa. Ellos ajustaron su rutina al silencio absoluto, de manera que pueden sobrevivir ante la presencia de las bestias.
En los primeros 89 días desde la invasión aprendieron a pescar con nasas de mimbre echadas en el río, a camuflar ruidos con otros sonidos naturales como los del caudal del agua, a aislar los espacios y a cocinar todo en un horno subterráneo. Y aquí comienzan las inconsistencias en la narrativa porque supone el uso de leña y cuestionas si hicieron ruido para obtenerla, también porque manipular cereales y molerlos para hacer pan produce sonidos. ¿Cómo lograron sobrevivir haciéndolo? Entonces aquel pánico que te mantenía atascado en la butaca del cine disminuye y comienzas a enfocarte en cómo se van a deshacer de las bestias porque no tienen más alternativa.
Tras la pérdida de un miembro de la familia y las fallas constantes en el aparato auditivo externo de la hija mayor extreman medidas de reducción de ruidos. Luego se suma el riesgo del futuro parto de la madre que se encuentra embarazada. ¿Será posible dar a luz en silencio? ¿Alimentar a un bebé y apaciguar su constante llanto? No cabe duda que difícilmente lo lograrán pero con cuáles costos. Solo la inteligencia y el estudio de las propias debilidades les darán una ventaja.
Garantizar la ingesta proteica en un lugar donde las criaturas asesinas están acabando con todos los seres vivientes, toda la fauna, es un poco complicado por eso aprovechan la pesca del día, aunque tengan que arriesgarse a caminar por el denso bosque hasta llegar al río. El pescado lo consumen cocido al horno sobre hojas de maíz, un ejemplar para compartir con toda la familia, porque hasta eso deben racionar.
El largometraje es para personas mayores de 12 años, contiene violencia, sangre, muertes y seres extraños. El lenguaje de señas predominante y el hablado carece de groserías. Las actuaciones de todo el elenco son precisas y transmiten la cohesión que debe mantener un grupo filial en situaciones apocalípticas. La actriz Emily Blunt y su esposo Jhon Krasinski (quien también dirige y co-escribe) son los protagonistas junto a los niños Noah Jupe, Cade Woodward y la niña sordomuda Millicennt Simmonds, quienes se destacan en sus roles.
Un lugar en silencio (A Quiet Place – título original) muestra el género de terror desde la ausencia de gritos dentro de la pantalla. Una propuesta interesante que a pesar de los puntuales desatinos que tiene al obviar que el espectador se percatará de ruidos silenciados intencionalmente, logra establecer la empatía con el padre protector de la familia, centrar la atención en la supervivencia y destacar la importancia de compartir la mesa con los seres queridos, así sea con un trozo de pan.
Ficha técnica
Fecha de estreno. 6 de abril de 2018
Estudio. Paramount Pictures
Título original. A quiet place
Género. Terror
Idioma. Inglés
País. Estados Unidos
Director y guionista. John Krasinski
Reparto. John Krasinski, Emily Blunt, Noah Jupe, Millicent Simmonds
Sinopsis: Cuatro miembros de una familia deben vivir sus vidas en silencio debido a las misteriosas criaturas que cazan por el sonido y que amenazan su supervivencia. Si te escuchan, te cazan."
¿Quieres hacer Pan de maíz sin amasar?
Pan de maíz por Radhanaris García @radhacook |
Este pan es para novatos de la panadería, a prueba de fallas pero requiere paciencia. Necesitarás 1 1/2 tazas de agua tibia (debes soportar la temperatura en tu dedo índice), 1 1/4 cucharadas de levadura granulada instantánea, 1/4 taza de aceite neutro (usé maíz), 1 3/4 tazas de harina de trigo + 3/4 taza adicional para el final, 1/2 cucharadita de sal, 1 1/2 tazas de harina de maíz precocida para cachapas.
Mezclar bien con las manos en un bol todos los ingredientes menos los 3/4 taza adicional de harina, quedará una masa muy suave que se pega a los dedos. Tapa con papel transparente el bol y abre un huequito en el centro para que respire, déjalo duplicar el volumen 3 horas a 23° C temperatura ambiente.
Pasado el tiempo de fermentado, agrega 1/2 taza de harina espolvoreada. Forma una bola y colócala sobre papel encerado enharinado, si requiere un poco más de harina es el momento (la bola debe conservar un poco su forma). Cubre con papel film nuevamente y deja reposar 1 hora. Mientras tanto calienta el horno a 200° C.
Pasada la segunda fermentación espolvorear el 1/4 taza de harina
restante sobre la bola de masa que debe haber duplicado su tamaño y marca con un cuchillo bien afilado el símbolo # . Lleva a hornear por 20 a 25 minutos, aproximadamente. Si resistes a su aroma, déjalo reposar después de sacarlo para comerlo. El primer día tendrá su costra crujiente, al siguiente (si queda) mantendrá su suavidad interna pero pierde un poco lo crocante.
P.D. si están en un país donde no consiguen harina de cachapas intentenlo con "Corn Meal"
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